Por Dr. Jorge Valdez, director de educación de ATENEA
“El buen médico trata la enfermedad; El gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”.
― Sir William Osler
La atención centrada en el paciente, también conocida como atención centrada en la persona, es un modelo de atención médica que se centra en el paciente y sus necesidades, valores y preferencias. Se basa en la idea de que los pacientes deben ser tratados con dignidad y respeto, y que deben participar en todas las decisiones sobre su salud.
Un modelo de atención centrado en el paciente fomenta la colaboración activa y la toma de decisiones compartida entre pacientes, familias, cuidadores y proveedores. Estos son algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de brindar atención centrada en el paciente:
La atención es colaborativa y coordinada y va más allá del bienestar físico para incluir también los aspectos emocionales, sociales y financieros de la situación del paciente. Los pacientes siempre deben tener el control total cuando se trata de tomar decisiones sobre su propia atención y tratamiento. Los médicos están ahí para informar, aconsejar y apoyar, pero en última instancia depende del paciente determinar qué curso de acción tomará. Los pacientes deben comprender los procedimientos y tratamientos a los que se someterán, mientras que los médicos deben tratar de hacerlos lo más informados posible, especialmente cuando es una enfermedad complicada.
La atención centrada en el paciente o la persona ofrece innumerables ventajas tanto para el paciente como para el proveedor de atención médica, incluido un aumento en la participación y el empoderamiento del paciente. Alienta a los profesionales de la salud a analizar sus decisiones de práctica y de prestación de servicios, lo que resulta en una mejora profesional, e inspira el establecimiento de objetivos compartidos. Además, la ACP mejora el control de la enfermedad, aumenta la adherencia al tratamiento y la eficiencia organizativa y reduce la ansiedad del paciente.
Ya decía el gran medico Sir William Osler: “La medicina se aprende al lado de la cama y no en el aula. No permitas que tus concepciones de la enfermedad provengan de las palabras que se escuchan en la sala de conferencias o que se leen del libro. Ver y luego razonar, comparar y controlar. Pero hay que ver primero”.
Así como la atención al paciente se ha trasformado, así la educación médica también ha evolucionado en etapas. En este sentido podemos identificar tres grandes generaciones de reformas educativas en el área de ciencias de la salud. La primera la denomina educación basada en ciencias, la cual se estructuro con las recomendaciones del Informe Flexner estableciendo un periodo inicial de formación en ciencias básicas seguido de un periodo de entrenamiento clínico. Lo anterior, con el objetivo de superar la falta de rigor académico y estandarización observada en las escuelas de medicina.
La segunda generación de reformas, identificada como la educación basada en problemas, surgió después de la segunda guerra mundial. De acuerdo con Frenk, los principales cambios que se introdujeron con esta reforma curricular fue la enseñanza basada en problemas, el currículum integrado y el aprendizaje centrado en el alumno, donde destaca como pionera la Universidad de McMaster en Canadá. El énfasis de este modelo se mantuvo en la adquisición del conocimiento científico, incorporando nuevos principios para favorecer el aprendizaje activo centrado en el alumno.
Con el inicio del siglo XXI emergió la tercera y más reciente generación de reformas denominada educación basada en sistemas. Esta incluye la atención centrada en el paciente y la comunidad, el currículum por competencias, la educación interprofesional, el uso de tecnologías de información en el aprendizaje, así como el desarrollo de habilidades de gestión y liderazgo en los profesionales de la salud.
En concordancia con esta tercera perspectiva, diversas organizaciones y expertos de universidades de prestigio señalan que el conocimiento científico y la habilidad clínica no son suficientes para responder a los nuevos y complejos retos de la población y los sistemas de salud en este siglo
La más reciente de educación basada en sistemas implica un análisis desde perspectivas de alta complejidad para alinearlas a las necesidades del paciente. De esta forma surge el aprendizaje centrado en las perspectivas del paciente.
El Aprendizaje Centrado en las Perspectivas del Paciente o Aprendizaje Centrado en el Paciente (en forma corta) se refiere a un modelo formativo que busca entender al paciente como persona considerando su individualidad, estructura de significados y contexto desde las perspectivas: humana, biomédica y de gestión para atender sus necesidades de forma integral y generar el emprendimiento de cambios innovadores que favorezcan su realidad y la de aquéllos en condiciones equivalentes.
El Principio del Aprendizaje Centrado en el Paciente es que se considera al paciente una persona indivisible y por tanto le corresponde una atención que tome en consideración su concepción psicológica (perspectiva humana), biológica (perspectiva biomédica), económica (perspectiva de gestión) y como ciudadano de un contexto social (perspectiva de emprendimiento).
De esta forma el ACP se define como una estrategia didáctica en la que el aprendizaje y la enseñanza se organizan en torno a las necesidades y problemas de salud de pacientes reales, simulados o virtuales, desde los enfoques humano, biomédico, de gestión y de emprendimiento.
Perspectiva Humana ¿Quién es el paciente? La perspectiva humana se orienta a preparar al alumno hacia su entendimiento del paciente como persona con un estatus legal, emocional, laboral, familiar, espiritual, cultural y social.
Perspectiva Biomédica ¿Cómo puedo comprender el estado de salud del paciente? La perspectiva biomédica es la base de toda la disciplina en el área de la salud, ya que es el proceso donde se unen las ciencias y el conocimiento clínico, para comprender la condición de salud del paciente comparando el estado actual vs. el ideal.
Perspectiva de Gestión ¿Cuál es la mejor alternativa? Ética, Efectiva, Eficiente, Segura y Satisfactoria. Es la perspectiva que busca la eficiencia en el uso de recursos de personal, tiempo, materiales, costo e infraestructura; maximizando seguridad y calidad de la atención, así como el cumplimiento de la normativa correspondiente.
Perspectiva de Emprendimiento ¿Qué debería cambiar? Es la perspectiva que permite el entendimiento del contexto en el que está inmerso el individuo con la posibilidad de extrapolarlo hacia grupos o poblaciones buscando comprender las determinantes sociales de la salud y extender las soluciones para el logro de una transformación social.
El ACP procura la integración del aprendizaje de las ciencias básicas y las ciencias clínicas en torno a los problemas que presenta el paciente, con especial énfasis en el cuidado y bienestar de este en todas las etapas del proceso de atención: a) conocimiento integral, b) diagnóstico, c) intervención, d) implementación, seguimiento y evaluación.
Los beneficios en la atención centrada en el paciente radican en el aumento de su satisfacción respecto al cuidado de su salud y resultados clínicos. Las ventajas de este modelo en la educación residen en su carácter multidimensional, que permite la integración de competencias en el profesional de la salud. Asimismo, posibilita tomar en cuenta, además del desempeño individual, las capacidades de interacción, la organización y el entorno, extrapolando esto último a partir de las necesidades del paciente.
En resumen, es una nueva visión de la formación integral, orientada a profundizar en la transformación del entorno en el cual el estudiante y futuro profesional se desenvuelve.