La miopía es la amenaza más importante para la salud ocular del siglo XXI, sobre todo en los más chicos. Hoy hay tratamientos para frenar su progresión.
Se calcula que más del 50 % de la población global será miope para el año 2050, una situación provocada especialmente por los bajos niveles de actividad al aire libre y prolongadas tareas para las que se utiliza la vista de cerca, tales como leer y jugar en dispositivos portátiles.
“El tema es preocupante. Uno de los factores ambientales que hace que los chicos se vuelvan miopes es el estar adentro, encerrados”, comenta el Dr. Rafael Iribarren, investigador de Novar, empresa de lentes oftálmicas. “Una de las maneras de evitar la miopía es que los niños salgan dos horas por día, a la luz del sol. En China, por ejemplo, los niños pasan gran parte del día con pantallas, sin salir y adentro de las escuelas, lo que generó un aumento considerable de miopía. Y la pandemia fue una causa más”, agrego Iribarren
La miopía, se encuentra entre los trastornos oculares más comunes en todo el mundo y es una de las principales causas de discapacidad visual en la vida adulta. Una vez desarrollada en los niños, continúa aumentando su gravedad durante la infancia y adolescencia; pero esta progresión puede prevenirse. La miopía más grave aparece, generalmente, cuando el niño está en los primeros grados del colegio y avanza un punto por año, entre la infancia temprana, entre los 6 y los 15 años; pero cada año la progresión es un poco más lenta.
En el marco de esta semana de concientización, el Dr. Iribarren, comparte recomendaciones para tener una adecuada salud visual y prevenir la miopía:
- Realizar una dieta y alimentación equilibrada a base de granos integrales, legumbres, semillas, verduras de estación, pescados y frutas.
- Realizar actividades al aire libre (al menos 2 horas por día)
- Iluminación adecuada al leer, evitar leer o mirar TV con poca iluminación, de preferencia usar luz natural.
- Distancia adecuada a libros y pantallas (30-40 cm aproximadamente).
- Descansos para evitar fatiga visual. Cada 20 minutos de trabajo, hacer descansos de 20 segundos mirando a una distancia de 6 metros.
- Invertir los contrastes de las pantallas (fondo negro y letras blancas).
- Realizar los controles oftalmológicos correspondientes:
-
- Al momento del nacimiento.
- A los 6 meses de edad.
- Al año de edad.
- A los 3 años de edad.
- A los 5 años de edad.
- A partir de los 5 años, cada 2 años.
“La miopía se puede prevenir hasta 2 años antes si estamos atentos a los primeros síntomas. Por lo general éstos tienen que ver con la imposibilidad de leer letras pequeñas en el pizarrón. ¿Por qué? Porque eso es el signo de la falta de agudeza visual, definida como la capacidad para leer signos chicos en un cartel colocado a 3 o 4 metros de distancia de la persona”, explicó el Dr. Iribarren. “Encontramos que la progresión de los chicos que venían con miopía avanzó mucho más rápido durante la pandemia de lo que avanzaba antes. Una alerta que hay que tener muy en cuenta”, agregó Iribarren.
La importancia del rol de la escuela
Muchas veces el primer llamado de atención lo hace el colegio, que le avisa a los padres que el niño o la niña no ve bien el pizarrón. ¿Y cómo se evidencia esto? Puede ser porque el alumno lo manifiesta, o en los más chicos de edad, por dificultades en el rendimiento escolar.
Por esa razón, antes del ingreso a la escuela primaria -es decir entre los 5 y 6 años- las escuelas solicitan a los padres que presenten un certificado de agudeza visual, que debería repetirse año a año. “El screening previo a primer grado es mandatorio, tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en casi todas las provincias. Además, la Ciudad cuenta con un programa llamado ‘Ver qué ves’ que analiza la agudeza visual de 24 mil chicos cada año desde el 2000. Junto con la dilatación de la pupila, el test de agudeza visual es un buen complemento para detectar y tratar a tiempo la miopía en niños”, cerró el Dr. Iribarren.
Nueva generación de lentes para evitar la progresión de la miopía
Gracias a la persistente investigación de profesionales argentinos y tecnología de última generación hoy existe en el mercado una nueva generación de lentes, que no solo sirven para ver mejor, sino que evitan la progresión de la miopía y para que ésta no llegue a valores altos. Los anteojos convencionales solo solucionan el problema de la miopía y no están diseñados para controlarla, por lo que su uso sería similar a tratar un síntoma y no la enfermedad de base.
Una de estas lentes, llamada Myofix, fue especialmente diseñada para ralentizar la progresión de la miopía en niños. Estas nuevas lentes ayudan a frenar la progresión de la miopía respecto a los lentes tradicionales. Así mismo, para aquellos miopes ya adultos o que tienen la miopía estabilizada están las lentes Myolens, como una solución adaptada a sus necesidades visuales específicas. “Estamos ante un cambio de paradigma: el de la corrección y tratamiento simultáneo de la miopía escolar y juvenil, anteojos que corrijan el defecto de la visión lejana, pero al mismo tiempo eviten la progresión de la miopía”, comenta Iribarren. “Los anteojos para control de la progresión de miopía ya son una realidad que impide la respuesta hacia la elongación del ojo y progresión en la miopía escolar, gracias a un emborronamiento o desenfoque periférico”, agrega.