Los investigadores analizaron el pseudodruseno reticular (RPD) como factor de riesgo independiente de progresión a degeneración macular tardía asociada a la edad, junto con los factores de riesgo maculares tradicionales (drusas blandas y anomalías pigmentarias) considerados simultáneamente.
El análisis post hoc de dos cohortes de ensayos clínicos -el Age-Related Eye Disease Study (AREDS) y el AREDS2- incluyó ojos sin DMAE tardía al inicio del estudio en el AREDS (n=6959 ojos, 3780 participantes; edad media 69,4 años) y en el AREDS2 (n=3355 ojos, 2056 participantes; edad media 72,3 años).
Los investigadores clasificaron las fotografías en color del fondo del ojo (CFP) de las visitas anuales del estudio para detectar drusas blandas, anomalías pigmentarias y DMAE tardía. Determinaron la presencia de RPD mediante la clasificación de las imágenes de autofluorescencia del fondo de ojo (AREDS2) y la clasificación de aprendizaje profundo de las CFP (AREDS). Y realizaron análisis de regresión de riesgos proporcionales, considerando las escalas de gravedad de DMAE AREDS (escala de gravedad simplificada modificada [persona] y escala de nueve pasos [ojo]) y la presencia de RPD simultáneamente.
Las principales medidas de resultado incluyeron la progresión a DMAE tardía, atrofia geográfica y DMAE neovascular (NV).
Aquí algunas de las conclusiones:
– En AREDS, en los análisis de DMAE tardía por persona en un modelo que consideraba simultáneamente la escala de gravedad simplificada modificada, la presencia de RPD se asoció con un mayor riesgo de progresión: HR: 2,15; IC, 1,75 a 2,64.
– El riesgo asociado a la presencia de RPD difería significativamente en los distintos niveles de la escala de gravedad simplificada, en los niveles 0, a uno a cuatro, respectivamente:
o HR: 3,23; IC, 1,60 a 6,51;
o HR: 3,81; IC, 2,38 a 6,10;
o HR: 2,28; IC, 1,59 a 3,27; y
o HR: 1,64; IC, 1,20 a 2,24.
– Considerando la escala de nueve pasos (por ojo), la presencia de RPD también se asoció con un mayor riesgo: HR: 2,54; IC, 2,07 a 3,13.
– Los HR fueron 5,11; IC, 3,93 a 6,66 en los niveles uno a seis, y 1,78; IC, 1,43 a 2,22 en los niveles siete a ocho.
– En AREDS2, por personas, la presencia de RPD no se asoció a un mayor riesgo:
o HR: 1,18; IC, 0,90 a 1,56;
o por ojo: HR: 1,57; IC, 1,31 a 1,89.
– No se observaron diferencias significativas en el riesgo en los distintos niveles de gravedad para el espectro limitado en AREDS2.
– En ambas cohortes, la presencia de RPD conllevó un mayor riesgo de AG que de NV.
Los investigadores escribieron que la RPD representaba un importante factor de riesgo anatómico para la progresión a la DMAE tardía, en particular la AG. Sin embargo, observaron que el riesgo añadido asociado a la RPD variaba notablemente según el nivel de gravedad; conllevaba un riesgo muy aumentado en los niveles más bajos/moderados y un riesgo menos aumentado en los niveles más altos. Sugirieron que el estado de RPD debería incluirse en los sistemas actualizados de clasificación de la DMAE, en las calculadoras de riesgo y en los ensayos clínicos.
Fuente:
Agrón E, Domalpally A, Cukras CA, et al; Grupos de Investigación AREDS y AREDS2. Pseudodrusen reticular: La tercera característica de riesgo macular para la progresión a la degeneración macular tardía relacionada con la edad. Oftalmología 2022; 31 de mayo.
(s. f.). Review of Ophthalmology – June 13, 2022 – Vol. 23, Num. 22. https://www.reviewofophthalmology.com/newsletter/reviewonline/june-13-2022-vol-23-num-22