Cuando un paciente del oftalmólogo Grayson W. Armstrong, doctor en Medicina y máster en Salud Pública, le preguntó si la cirugía de cataratas podría empeorar su degeneración macular relacionada con la edad, no pudo darle una respuesta definitiva, no porque los investigadores nunca se hayan planteado esta inquietante pregunta, sino porque los datos disponibles son contradictorios. Algunas investigaciones poblacionales iniciales han sugerido un mayor riesgo de empeoramiento de la DMAE después de la cirugía, incluida una mayor probabilidad de que la forma seca de la enfermedad se convierta en la forma neovascular o húmeda, más grave. Otros estudios no han encontrado tal conexión.
Cuando el paciente planteó esta pregunta, inspiró a la Dra. Helia Ashourizadeh, investigadora asociada del Dr. Armstrong, a realizar un análisis de big data para obtener más información. Presentaron sus conclusiones iniciales en la 129.ª reunión anual de la Academia Americana de Oftalmología.
Utilizando datos del Registro IRIS® (Investigación Inteligente en la Visión), un registro exhaustivo de enfermedades oculares, la Dra. Ashourizadeh y sus colegas llevaron a cabo una revisión retrospectiva de siete años de pacientes con DMAE seca que se sometieron a una cirugía de cataratas. Evaluaron la tasa de conversión a DMAE neovascular entre el ojo tratado y el no tratado de los pacientes, y entre una muestra de más de 25,000 ojos de pacientes.
Los resultados iniciales del equipo de investigación sugieren algo inesperado: la cirugía de cataratas parecía estar asociada con una disminución del riesgo de conversión de DMAE seca a neovascular. Sin embargo, el Dr. Ashourizadeh y el equipo de investigación no estaban seguros de tener aún la respuesta definitiva.
“Los estudios con grandes bases de datos, especialmente los que se basan en códigos de facturación, pueden ser propensos a errores de clasificación y a factores de confusión no medidos”, explicó el Dr. Ashourizadeh.
Su equipo está reevaluando los datos utilizando métodos estadísticos más sofisticados y sospechan que sus hallazgos iniciales podrían no resistir un examen más detallado. Además, la Dra. Ashourizadeh hizo hincapié en la necesidad de seleccionar cuidadosamente la cohorte. Aunque en este análisis se tuvo en cuenta la etapa de la DMAE antes de la cirugía, los ojos que no se someten a cirugía de cataratas pueden tener, por naturaleza, una enfermedad más avanzada y un mayor riesgo basal de conversión. Este sesgo de selección podría hacer que el grupo operado pareciera tener un menor riesgo de conversión, simplemente porque los ojos más sanos eran más propensos a ser operados.
Otro factor de confusión es que algunos pacientes podrían haber tenido DMAE neovascular antes de la cirugía, pero no se detectó porque una catarata densa oscurecía la visión de la retina. Una vez eliminado el cristalino opaco, los oftalmólogos pueden ver la retina con claridad, lo que permite un diagnóstico adecuado.
“La mejora de la visualización puede conducir a un diagnóstico más preciso de la DMAE, lo que puede dar la impresión de que la DMAE ha progresado cuando, en realidad, antes estaba infradiagnosticada”, señaló el Dr. Ashourizadeh.
En un análisis actualizado más reciente de 80,000 ojos, parece que los pacientes sometidos a cirugía de cataratas tienen un mayor riesgo de conversión. Estos hallazgos contradictorios reflejan las variantes en el diseño del estudio y también la dificultad inherente de estudiar la DMAE, una enfermedad con orígenes complejos y numerosas variables que pueden influir en su progresión.
¿Qué deben hacer los pacientes?
Por ahora, el Dr. Ashourizadeh aconseja un enfoque caso por caso. Tanto las cataratas como la DMAE son afecciones comunes en los adultos mayores, pero se desarrollan a través de mecanismos diferentes. La cirugía de cataratas puede mejorar significativamente la visión al reemplazar el cristalino natural opaco por uno artificial transparente, y la decisión de proceder debe tomarse en estrecha consulta con un oftalmólogo.
“Aún no se ha llegado a una conclusión definitiva sobre si la cirugía de cataratas tiene un impacto en la conversión a DMAE exudativa”, dijo el Dr. Ashourizadeh. Cada paciente debe ser evaluado individualmente, considerando la gravedad de ambas afecciones, y la DMAE debe ser monitoreada cuidadosamente antes y después de cualquier cirugía.
El equipo continúa perfeccionando su investigación, integrando datos clínicos más detallados y técnicas estadísticas avanzadas. Su objetivo es proporcionar una orientación clínica definitiva a los millones de pacientes que se enfrentan al reto de controlar simultáneamente dos afecciones oculares relacionadas con la edad.
Tanto para los oftalmólogos como para los pacientes, el mensaje es claro: permanezcan atentos.









