Por Dr. Jorge Valdez, director de educación de ATENEA
El valor de la experiencia no está en ver mucho, sino en ver sabiamente. Sir William Osler.
Tradicionalmente este adiestramiento se da en el hospital y en los lugares reservados para tal efecto dentro del mismo, (ejemplo: salones, sala de conferencias, auditorios, entre otros). Aproximadamente el 80% de la educación clínica sucede en ámbitos hospitalarios, mientras que el 80 o 90 % de la atención sucede en ámbitos ambulatorios.
Desde la mitad del siglo XX, que bien podríamos identificar como el de la práctica médica científica, el ejercicio médico se ha caracterizado por ser altamente tecnológico, por atender a los pacientes en hospitales (donde la tecnología está disponible), por enseñar donde los pacientes se encontraban (hospitales) o donde los avances tecnológicos mejor podían ser enseñados (salón de clases).
Sin embargo, en fechas recientes, nuevas fuerzas en el entorno socio-médico están causando que la locación de la atención de los pacientes cambie. Lo que ha provocado que la mayor parte de la actividad médica no sea dentro de los hospitales; como consecuencia natural de tales acontecimientos, el lugar en donde se lleva a cabo la educación médica clínica, primordialmente, es en el ambiente ambulatorio.
Existen diferentes motivos por los que la enseñanza médica en el ambiente ambulatorio se ha convertido en uno de los principales componentes de la formación clínica. Estos cambios los podríamos resumir de la siguiente manera: menor número de pacientes internados, estancias hospitalarias más cortas, capacidad para proporcionar atención médico-quirúrgica en ambiente ambulatorio en oposición a la que antes solo era posible en el hospital, optimización de costos y creación de unidades de atención ambulatoria como fuente de captación de pacientes por parte de los mismos hospitales.
La enseñanza clínica ambulatoria se refiere a las experiencias educativas que tienen lugar en entornos ambulatorios, como clínicas, consultorios médicos o centros de salud comunitarios. Estos son los aspectos clave y los beneficios:
Algunos aspectos clave y que en cierta medida definen este tipo de enseñanza son: la atención centrada en el paciente, la continuidad de la atención, colaboración interprofesional, experiencia clínica en el mundo real, enfoque en la prevención y el manejo de enfermedades crónicas.
Entre los beneficios de la enseñanza clínica ambulatoria están: la mejora de las habilidades clínicas en entornos ambulatorios, así como de la comunicación con el paciente y las habilidades de entrevista. También se logra una mejor comprensión del tratamiento de las enfermedades crónicas con una mayor exposición a diversas poblaciones de pacientes y casos. El desarrollo de habilidades de gestión del tiempo y priorización de necesidades a la par de una mejora en la colaboración con los equipos sanitarios y lo más importante una mayor satisfacción del paciente y de los resultados
La educación médica en el ambiente ambulatorio es al mismo tiempo una de las más importantes partes de la educación médica y uno de los tipos de enseñanza más difíciles. Ciertos aspectos únicos de la logística de la atención médica de los pacientes y las expectativas de estos hacen que los patrones tradicionales de enseñanza clínica no sean aplicables. Por lo que debemos “echar mano” de diversos métodos de enseñanza como; la preceptoría uno a uno, las discusiones en grupos pequeños, el aprendizaje basado en casos junto con el aprendizaje basado en problemas y aprendizaje observacional o vicario, fundamentados en la experiencia clínica práctica, acompañada esta de sesiones de retroalimentación (feedback) y reflexión.
Hoy en día los entornos de enseñanza clínica ambulatoria son muchos y muy variados. Van desde las clínicas de atención primaria o clínicas especializadas (p. ej., cardiología, pediatría) así como centros de salud comunitarios, los centros de atención de urgencia, consultorios médicos de cualquier tipo y, en esta era de la salud digital, vale mencionar también a las plataformas de telemedicina.
Este tipo de enseñanza se enfrenta a desafíos importantes como: las muy comunes limitaciones de tiempo ocasionadas por el mismo proceso de atención. La siempre presente limitación de recursos. Un volumen diario variable de pacientes que atender lo que dificulta la programación de ciertas actividades. Por lo que es recomendable, para poder enfrentar esto, el poner en práctica una programación flexible. Una comunicación clara con los preceptores en el que se establezca los objetivos de aprendizaje y la retroalimentación y evaluación regulares, buscando la utilización de la tecnología (por ejemplo, telemedicina, historias clínicas electrónicas).
La interrelación entre la atención al paciente, las prioridades y objetivos educativos es altamente sensible y dinámica requiriendo de habilidades particulares de parte del docente-médico para manejar adecuadamente el balance entre las mismas. El principio dominante es que la fuerza de la relación alumno-paciente es lo que mejor predice el impacto de la enseñanza ambulatoria. Entonces la relación tutor-aprendiz debe ser construida para aumentar esta relación a través de: expectativas y objetivos claros, proveer retroalimentación (feedback) y evaluaciones regulares, aprendizaje activo y participación en el proceso de atención con una colaboración interprofesional teniendo énfasis en la atención centrada en el paciente y la mejora continua de la calidad.