Dr. Raúl Suárez Sánchez
Asesor del Departamento de Córnea y Cirugía Refractiva Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana
Apreciados colegas:
Es momento de prepararnos para los cambios que experimentará el país en el sector salud en el año 2025. Es fundamental que tanto las instituciones de asistencia privada como los profesionales del sector privado estén preparados para colaborar en la atención de los pacientes que lo requieran.
Aumentar el número de pacientes evaluados y tratados no solo incrementa las estadísticas, sino que también proporciona datos valiosos y relevantes sobre las patologías oculares y su manejo.
En este volumen iniciamos con un interesante artículo: “Catarata, distrofia de Fuchs y tomografía de Scheimpflug”, enviado por la Dra. Mariana Palavecino. Este artículo amplía la perspectiva sobre la utilidad de la cámara de Scheimpflug (Pentacam), que permite detectar modificaciones en el espesor corneal en puntos específicos denominados isopacas (del término en inglés, isopach). Estos puntos paralelos y circulares se alteran cuando hay cambios en el espesor corneal, especialmente en el caso de la distrofia de Fuchs por edema. Solo agregaría la importancia de complementar el diagnóstico con microscopía especular.
El artículo “Factores sistémicos en el glaucoma”, de la Dra. Victoria M. Addis, presenta alternativas diagnósticas para aquellos pacientes en los que hemos alcanzado la presión intraocular meta, pero que; sin embargo, muestran deterioro progresivo del campo visual y de las fibras nerviosas. En estos casos, es necesario considerar patologías sistémicas asociadas y, en algunos casos, modificar el horario de los medicamentos administrados para el control de estas patologías o de enfermedades neurológicas asociadas.”
El Dr. Sean McKinney nos ofrece una interesante relatoría en el artículo: “Cómo combinar la MIGS para obtener el mayor efecto”. La cirugía de mínima invasión en glaucoma (MIGS) no siempre logra alcanzar las presiones meta idóneas. En este artículo, se pone de manifiesto que la combinación de técnicas puede resultar en un mejor control de la presión intraocular.
Nuestro amigo, el Dr. Jorge Valdez, nos envía el artículo: “Introducción a la docencia clínica”, en el cual se destaca la necesidad de implementar nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje para formar médicos y, en nuestro caso, oftalmólogos con un mejor conocimiento no solo de la enfermedad, sino también del paciente de manera integral. Solo agregaría que, en la enseñanza de destrezas quirúrgicas, debemos sustituir al paciente por tecnologías virtuales, de tal forma que, cuando el oftalmólogo en formación opere a su primer paciente, haya realizado un gran número de operaciones virtuales previas. Un piloto aviador no aprende a volar en un Boeing 747 repleto de pasajeros con un piloto experimentado sentado a su lado vigilando sus movimientos. Los sistemas virtuales no se limitan a la enseñanza de la técnica quirúrgica; también coadyuvan al perfeccionamiento de la técnica en cirujanos experimentados.
El artículo: “Mejora de la visión con wEVES”, de Andrew Beers, nos habla del futuro, ya que los sistemas electrónicos portátiles de mejora de la visión son una realidad. Estos dispositivos han sido desarrollados para jugadores de videojuegos, pero también pueden mejorar la vida de los pacientes con diversas patologías asociadas a la baja visión. En su exposición, se abordan las diferencias entre realidad virtual y realidad aumentada, y cómo estas pueden ayudar a pacientes con degeneración macular, retinitis pigmentosa o glaucoma, entre otras.
El Dr. Julián Alejandro Villarreal-Olivares y colaboradores nos envían un interesante caso clínico con un reto diagnóstico: “Conjuntivitis cicatricial: diagnóstico por inmunofluorescencia y reporte de un caso”.
Con mis mejores deseos como siempre para todos ustedes