Eduardo Viteri Coronel, MD
Editor Clínico Jefe
Review of Ophthalmology en Español
A lo largo de la historia, la tendencia natural de los seres humanos a progresar y superar desafíos ha sido una fuerza motriz en numerosos campos del conocimiento, y la oftalmología no es la excepción. Este impulso innato hacia la mejora continua se refleja claramente en los impresionantes avances que hemos presenciado en nuestra disciplina.
En esta edición, te presentamos un artículo que destaca cómo la utilización de nomogramas te puede ayudar a mejorar de manera continua y significativa los resultados en cirugía refractiva. La implementación de nomogramas en la práctica clínica no solo facilita el proceso de toma de decisiones, sino que también contribuye a reducir las complicaciones postoperatorias y a aumentar la satisfacción del paciente.
También encontramos “paradigmas emergentes” en los programas educativos y académicos, como lo explica el Dr. Jorge Valdez en su artículo “Profesionalización docente en la educación oftalmológica”. Las nuevas tendencias y tecnologías de enseñanza y aprendizaje no obligan a establecer programas de desarrollo docente para mejorar y actualizar las competencias de los educadores, por lo cual se ha reactivado el Consejo Panamericano de Profesores Universitarios en Oftalmología.
La mejora debe involucrar también la personalización de la consulta diaria. En nuestro auxilio llega la Inteligencia Artificial y otras opciones de tecnología inteligente, que no deben verse como una amenaza a nuestros puestos de trabajo sino como herramientas que podemos aplicar en áreas más allá del análisis de imágenes, como son la gestión y formación de nuestros recursos humanos o la comunicación con nuestros pacientes.
En el aspecto clínico nuestros colaboradores exponen alternativas de manejo de varios retos que enfrentamos a diario en el manejo de pacientes. El Dr. Alejandro Navas resalta los avances y la relevancia clínica de la membrana amniótica en el tratamiento de afecciones corneales.
Con respecto al controvertido tratamiento de las “moscas volantes”, síntoma muchas veces menospreciado, Michelle Stephenson comparte el cambio de actitud de algunos cirujanos de retina con respecto al tratamiento de “miodesopsias que degradan la visión” para ayudar a personas que muchas veces están significativamente afligidas.
Para concluir, es fundamental que como oftalmólogos mantengamos una mente abierta y una actitud proactiva hacia la mejora continua. La evolución constante de nuestra disciplina nos brinda oportunidades invaluables para perfeccionar nuestras habilidades y adoptar nuevas tecnologías que mejoren la calidad de vida de nuestros pacientes.